Categoría: Aperturas Psicoanalíticas
UNAS 400.000 PERSONAS PADECEN ESQUIZOFRENIA EN ESPAÑA
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TRATAMIENTOS
28 abril, 2015
MADRID, 28 Abr. (EUROPA PRESS) –
La esquizofrenia afecta aproximadamente al 1 por ciento de la población adulta de Europa y Estados Unidos, lo que supone unos que 4,4 millones de pacientes diagnosticados de los cuales 400.000 son españoles, según los datos del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (Cibersam).
Aunque el número de pacientes afectados es menor al de patologías crónicas como puede ser la diabetes o la hipertensión, lo cierto es que actualmente es la tercera causa de discapacidad entre la población de 15 a 44 años de edad. Lo que supone, según el profesor David McDaid, coordinador de la Red Europea de Economía en Salud Mental, que conlleva una gran carga económica.
El coste de la esquizofrenia en España es similar al de la diabetes, unos 8.000 millones de euros con la diferencia que “la diabetes afecta a tres millones de personas y la esquizofrenia solo a 400.000. Esto nos permite hacernos una idea” de la carga económica, sugiere el experto, quien ha participado en el simposio ‘Meet the expert: Una nueva mirada a la esquizofrenia’, organizado por la Alianza Otsuka-Lundbeck.
El comienzo de los síntomas ocurre generalmente al final de la adolescencia o en adultos jóvenes. La edad media de un primer episodio es de aproximadamente 21 años en los hombres y 27 años en las mujeres. Además, hay que tener en cuenta la posibilidad de recaídas después de un primer episodio de esquizofrenia, aproximadamente un 16% sufrirá un nuevo episodio, entendido como un empeoramiento de los síntomas psicopatológicos así como de una rehospitalización al año y el 80% a los cinco años.
“El coste de controlar los problemas de salud física es el doble en personas con esquizofrenia. Porque una mala salud física les lleva a tener una peor calidad de vida, a que aumenten sus ingresos hospitalarios con los años y no tanto por su esquizofrenia sino por los problemas asociados”, expone McDaid. De hecho, según el experto, se estima que las personas con esquizofrenia viven de media unos 20 años menos que la población general.
PARA TRATAR LA ENFERMEDAD: VISIÓN DE CONJUNTO
El objetivo de los expertos es conseguir que los pacientes pasen el mayor tiempo posible sin recaídas, por ello las líneas actuales de actuación entre los especialistas en esquizofrenia se están centrando en la intervención precoz e intensiva en esta fase de la enfermedad.
“Si queremos tener éxito en nuestro empeño de mejorar el tratamiento y el pronóstico de la esquizofrenia es fundamental tener una visión de la enfermedad en su conjunto y no solo a través de distintos aspectos específicos que la componen”, ha explicado el doctor Benedicto Crespo-Facorro, moderador del simposio, profesor titular de Psiquiatría en la Universidad de Cantabria y jefe de Sección en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla (Santander).
En este sentido, el Dr. Celso Arango, jefe de Servicio de Psiquiatría en el Hospital General Universitario Gregorio Marañón (Madrid) y moderador también del simposio, explica que si se logra toda una intervención global, tanto farmacológica como psicoterapéutica junto con la implicación de las familias, entre el primer y el segundo episodio psicótico, “se podría llegar a modificar el curso de la enfermedad”.
En su opinión, “se evitaría que se produjera una cascada de eventos negativos a nivel cerebral así como la aparición de la toxicidad social, entendida como rechazo, pérdida de trabajo y estigmatización, lo que todo junto predice un peor pronóstico para el paciente”.
Otra iniciativa que podría ayudar a mejorar el tratamiento son las unidades de intervención inicial integrales desde los primeros episodios psicóticos, que ya existen en países como Reino Unido, Suecia, Dinamarca o Estados Unidos, pero que en España son testimoniales. Estas unidades, en las que se cuenta con las familias, los médicos y los servicios sociales, permiten que más pacientes se recuperen al tener menos recaídas, menos ingresos hospitalarios y un mejor funcionamiento.
“Estos recursos asistenciales han demostrado después de llevar más de 10 años funcionando que ahorran dinero al sistema público de salud. Es un buen ejemplo de cómo mejorar la calidad asistencial reduciendo costes”, afirma el profesor McDaid.
EL PAPEL DE LOS CUIDADORES Y NUEVO FÁRMACOS
El apoyo es fundamental porque el abandono del tratamiento antipsicótico pautado es la principal causa de recaídas en pacientes estabilizados, que se produce principalmente por la falta de conciencia de tener la enfermedad y de necesitar -por ello- un tratamiento. “También influye en este abandono la aparición de efectos secundarios limitantes y que interfieren en el desarrollo de actividades cotidianas en aquellos que sí siguen un tratamiento”, explica el doctor Crespo-Facorro, quien apoya el uso de fármacos con menos efectos secundarios.
Dentro de la visión global del enermo, se ha destacado también el papel de familiares y cuidadores. “Ellos demandan que se les tengan en cuenta. Porque no están valorados y no se les incluyen en las decisiones de los tratamientos de las personas que cuidan”, afirma Mary Baker, socióloga especializada en temas de salud mental y penúltima presidenta del European Brain Council.
Baker ha recordado que es importante que reciban apoyo, “porque es agotador cuidar a las personas que padecen un trastorno mental como la esquizofrenia”. Por ello, propone también realizar intervenciones con los cuidadores, que incluyan la mejora al acceso a los servicios de salud, la creación de redes de contactos entre familiares y responsables de personas con esquizofrenia y estrategias para minimizar el estigma y la discriminación, entre otras medidas.
PERSONAS CON PATOLOGÍA DUAL Y PROFESIONALES REIVINDICAN UNA ATENCIÓN INTEGRAL
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PATOLOGÍA DUAL
22 abril, 2015
MADRID, 20 Abr. (EUROPA PRESS) –
Personas con patología dual y profesionales han reclamado en el marco del Congreso Internacional de Patología Dual, que tuvo lugar el pasado viernes, que la atención integral a estas personas no solo tiene que considerar sus necesidades asistenciales, de apoyo e integración, sino que simultáneamente también debe de poner en marcha medidas que atenúen, disminuyan o eliminen las consecuencias negativas del estigma que hasta ahora está asociado a las enfermedades mentales.
La patología dual designa la existencia simultánea o secuencial en el curso del ciclo vital de un trastorno adictivo y otro trastorno mental. En general, todos los estudios que tratan sobre el estigma de las personas con enfermedades mentales no incorporan las conductas adictivas o lo hacen de forma marginal.
En el caso de las personas con patología dual se trata de sujetos que sufren el estigma de la conducta adictiva, que la sociedad valora como voluntaria, el de la enfermedad mental ya mejor conocido y en ocasiones el de padecer además enfermedades infecciosas, todo lo cual aboca a un doble o triple estigma que aumenta la discriminación social y el riesgo de exclusión de estas personas”, ha explicado el miembro de la Fundación de Patología Dual en el marco del Foro ‘La encrucijada de la patología dual: la visión de las asociaciones de personas con enfermedad mental y familiares’.
Por ello, expertos y asociaciones de personas con patología dual y sus familiares han insistido en que estas personas presentan, además de una discapacidad y dificultades de integración, las consecuencias del desconocimiento social que existe hacia las adicciones y otros trastornos mentales.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que el extendido prejuicio social determina y amplifica, en muchos casos, las dificultades asistenciales así como la integración social y laboral. A todo esto se añade el llamado ‘autoestigma’ en las personas con patología dual que les conduce a experimentar culpabilidad, baja autoestima, ver disminuida su autoeficacia y perder la confianza en el futuro.
Detrás del estigma se encuentran la falta de información científica y el desconocimiento sobre la patología dual, por lo que debido a su mayor complejidad y frecuencia en el abandono del tratamiento, en los casos de patología dual es aún más necesario aplicar las buenas prácticas en la atención en salud mental como coordinación entre profesionales de distintos perfiles; participación de la persona en el desarrollo de planes individualizados de atención; programas de intervención familiar para fomentar su papel en el proceso de recuperación.
En este sentido, el vicepresidente de la Confederación Española de Agrupaciones de Familiares y Personas con Enfermedad Mental (FEAFES), Nel Anxelu González, ha afirmado que “es fundamental conseguir una adecuada formación de los profesionales, tanto en el conocimiento de las enfermedades mentales como en las consecuencias del consumo de drogas, para optimizar el abordaje y tratamiento de la patología dual”.
Por último, en este foro la Fundación de Patología Dual y FEAFES han iniciado una relación de colaboración para garantizar que las personas con patología dual tengan un adecuado tratamiento sociosanitario orientado a su recuperación y a procurarles la mayor autonomía posible.
SE CREA LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE SUICIDOLOGÍA
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PSIQUIATRÍA GENERAL
10 abril, 2015
Madrid, 9 de abril de 2015
SE CREA LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE SUICIDOLOGÍA
Con objeto de estudiar y prevenir la conducta suicida
Con objeto de estudiar y prevenir la conducta se ha creado la Sociedad Española de Suicidología, con sede en Madrid. Su propósito es que profesionales, estudiosos y otras personas interesadas en la conducta suicida y su disminución encuentren en esta sociedad un lugar de encuentro, intercambio, divulgación y representación que sirva también para visualizar un drama personal y colectivo tan grave como oculto.
Prevé celebrar sus primeras jornadas el próximo 10 de septiembre, coincidiendo con el Día Mundial para la Prevención del Suicidio e invita a todos los profesionales a asociarse (no cobra cuotas de socio) y a participar de sus proyectos formativos, científicos, divulgativos y editoriales.
La Sociedad está representada por Andoni Anseán Ramos como presidente, Jesús E. Mesones Peral como vicepresidente y Esperanza Almenta Hernández como secretaria.
Fuente:
Para más información sobre la sociedad y asociarse a ella, se puede consultar su web: www.suicidologia.es
BIENVENIDA
Bienvenidos/as a la web de la Sociedad Española de Suicidología. Esta web, como la propia Sociedad, acaba de nacer y necesita crecer. Para ello, queremos contar con tu ayuda. La Sociedad necesita jóvenes profesionales interesados/as en el estudio y la prevención del suicidio e ilusionados/as en hacer cosas nuevas y de una manera distinta. Por eso, os animamos a que, además de que os asociéis a ella, quien tenga ganas de participar en un proyecto joven y dinámico, preocupado y ocupado en el estudio y la prevención del suicidio en España, se ponga en contacto con nosotros: vamos a requerir tu ayuda para los órganos de dirección y gestión, para el desarrollo de los contenidos de esta web y para otros muchos proyectos que tenemos entre manos: actualización de evidencia científica, impartición de cursos de formación, elaboración de publicaciones, acciones divulgativas, organización de las jornadas anuales de la Sociedad y muchos más.
No cobramos cuotas de socio, no sabemos bien cómo nos financiaremos pero sí que tenemos claro que hay que despertar una conciencia históricamente dormida en España respecto a un problema que se cobra más de 10 vidas al día y que hay que afrontar decididamente, de manera global y profesionalizada, desde todos los sectores implicados y con el apoyo de instituciones, gobiernos, profesionales, medios de comunicación y la propia sociedad. Ese en nuestro reto y nos gustaría que también fuese el tuyo.
Asóciate y ayúdanos a conseguirlo!
Andoni Anseán Ramos.
Presidente de la Sociedad Española de Suicidología.
Jesús E. Mesones Peral.
Vicepresidente de la Sociedad Española de Suicidología.
Esperanza Almenta Hernández.
Secretaria de la Sociedad Española de Suicidología.
Fuente:
Psicoanálisis y Neurociencias
Psicoanálisis y Neurociencias
Autor: Bleichmar, Hugo
Contrariamente a lo que cierta literatura de orientación biologista intenta hacer creer, los hallazgos recientes de la neurociencia lejos de entrar en contradicción con las principales tesis psicoanalíticas ofrecen, en cambio, un sólido apoyo a las mismas. Los descubrimientos sobre el doble procesamiento cognitivo y emocional, uno inconsciente, automático, de respuesta inmediata, dependiente de los sistemas subcorticales (básicamente, de la amígdala cerebral y núcleos del llamado lóbulo límbico) y otro que es consciente, y pasa por la corteza cerebral, muestran que la tesis del inconsciente como radicalmente diferente de la conciencia ya no es sólamente defendida por los psicoanalistas. Neurocientíficos de la talla de LeDoux, Damasio, Bechara, Cahill, Gazzaniga, entre otros, aportan pruebas de la importancia de los procesos inconscientes.
Se ha abierto un diálogo entre psicoanalistas y neurocientíficos en que los participantes, sin abandonar sus respectivos dominios de pertinencia, tratan de ver cómo el trabajo colaborativo permite entender mejor la complejidad del funcionamiento mental, en especial, el entrelazamiento entre, por un lado, el nivel simbólico de la mente humana, marcada por los discursos, por el lenguaje, por las identificaciones, por las relaciones con los seres significativos, y, por el otro, los procesamientos cognitivos y emocionales influenciados por las estructuras neurohormonales.
Conceptos como el de plasticidad sináptica, en que la base anatómica es influenciada por la experiencia (Kathryn, 1997), señalan a las claras que la disposición innata es sólo un componente, como ya anticipara Freud con su idea de las “series complementarias”. De igual manera, en la dirección complementaria, los hallazgos recientes sobre la neurobiología del apego muestran la importancia de ciertas hormonas (ocitocina y vasopresina) en la fijación a la figura del apego (Insel, 1997).
Doble circuito de evaluación y procesamiento emocional
Existe un doble circuito del procesamiento emocional: por un lado, un circuito que pasa por la corteza, que involucra al hipocampo, y que determina el recuerdo consciente de una experiencia atemorizante; y, por el otro, un circuito que pasa por la amígdala cerebral y que es capaz de producir las reacciones emocionales de miedo sin conciencia ni recuerdo consciente. Animales con toda la corteza cerebral destruida reaccionan a estímulos amenazantes con los indicadores conductuales y neurovegetativos de la situación de ataque siempre que la amígdala cerebral esté intacta y no cuando ésta se destruye posteriormente. Igualmente, seres humanos con lesiones corticales reaccionan a estímulos amenazante , reacción de alarma que tiene lugar sin ninguna conciencia de que el estímulo sea amenazante ni recuerdo de que la situación entrañe peligro, reacción que no se produce en caso de lesión de la amígdala cerebral.
El número de estudios suficientemente controlados es tan grande que actualmente no caben dudas que el procesamiento emocional (evaluación y reacción corporal y conductual) transcurre por dos circuitos separados, aunque se relacionen, lo que otorga respuesta empírica a la pregunta que Freud se planteara en Lo Inconsciente (1915) sobre la existencia de una doble inscripción: una inconsciente y la otra consciente. Sabemos ahora que esa doble inscripción existe.
Particularmente demostrativo es el trabajo de Bechara, Damasio y col. (Science, Agosto 25 1995, p. 1115) con tres pacientes que tenían la siguiente particularidad: paciente A, ambas amígdalas cerebrales intactas y ambos hipocampos destruidos; paciente B, amígdalas destruidas e hipocampos intactos; paciente C, ambas amígdalas e hipocampos destruidos.
A los tres pacientes se les apareó un estímulo incondicionado (intensa sirena de barco), productor de reacción de alarma, con la visión de una diapositiva de color azul, de modo que después, al mostrar la diapositiva azul, se pudiera ver si reaccionaban con alarma o no ante la diapositiva. Los sujetos controles, con amígdalas e hipocampos intactos, quedaron condicionados a la presentación de la diapositiva azul y recordaban la relación temporal entre ambos estímulos.
Lo interesante es que el paciente A, con las amígdalas intactas e hipocampos destruidos, reaccionaba con alarma ante la diapositiva azul, sin saber porqué, no recordando la asociación temporal entre la sirena de barco y la diapositiva.
El paciente B, con amígdalas destruidas e hipocampos intactos, no reaccionaba ante la diapositiva azul pero era capaz de recordar la relación temporal que existió entre el sonido atemorizante de la sirena de barco y la diapositiva azul que le siguió.
El paciente C, hipocampos y amígdalas destruidas, no reaccionaba con alarma ni recordaba qué relación había existido entre el estímulo incondicionado de la sirena y la presentación de la diapositiva azul.
Interés para el psicoanálisis y la psicoterapia
Si hay un doble circuito emocional, si ciertas experiencias se inscriben directamente en el inconsciente sin pasar por la conciencia, resulta que en estos casos no es factible recuperar el recuerdo (llenar las lagunas mnésicas) dado que nunca estuvo en la conciencia . Además, la inscripción en la conciencia no es capaz de deshacer totalmente lo que está inscrito en el inconsciente, aunque sí es capaz de modularlo (conocimiento actual de que la corteza prefrontal modula la reacción emocional que tiene lugar en la amígdala). Se requiere, por tanto, de una doble forma de intervención: ampliación de la conciencia y acción sobre el inconsciente. De modo que aquello que se ha denominado cambio por la interpretación y cambio por la relación no se contraponen sino que se complementan
Por otra parte, en la actualidad se sabe que el estrés es capaz de lesionar el hipocampo (ver, por ej. Magariño y col., Proc. Natl. Acad. Sci, 94: 14002-8, 1997), que es un lugar importarte para la memoria, con el resultado que mientras las experiencias traumáticas aumentan la actividad de la amígdala y por tanto, el registro de lo emocionalmente significativo, el recuerdo de las mismas queda disminuido. Consecuencia: disociación entre el recuerdo, memoria declarativa, de las experiencias traumáticas (hay amnesia), por un lado, y sus efectos en el inconsciente que persisten indelebles, por el otro. Nuevamente, no se trata de recuperar un recuerdo sino de simbolizarlo, de darle una inscripción consciente a través de una narrativa, al mismo tiempo que se deben inscribir en el inconsciente nuevas experiencias de sentido contrario. O sea: por un lado, poner en palabras, inscribir en la conciencia; por el otro, experiencia emocional correctiva aunque no sólo con el analista (no todo se puede experienciar en la terapia) sino en la vida en general, ayudando al paciente a seleccionar aquellas experiencias que modifiquen su insconsciente en la dirección deseada, una vez conocido como reacciona automáticamente su inconsciente. Es decir, insight consciente que lleva a la búsqueda de ciertas acciones sobre el inconsciente.
Fuente: http://www.aperturas.org
Verdades biográficas y sus consecuencias clínicas: entender los «recuerdos encarnados» en un tercer psicoanálisis a …
Verdades biográficas y sus consecuencias clínicas: entender los “recuerdos encarnados” en un tercer psicoanálisis a una paciente traumatizada recuperada de Poliomielitis severa (Leuzinger-Bohleber, Marianne)
Publicado en la revista nº046
Autor: Díaz-Benjumea, María Dolores J.
Leuzinger-Bohleber, Marianne (2008) Biographical Truths and Their Clinical Consequences: Understanding “Embodied Memories” in a Third Psychoanalysis with a Traumatized Patient Recovered from Severe Poliomyelitis, Int. J. Psycho-Anal., 89:1165-1187.
La publicación en 1982 del libro de Spence Verdad narrativa y verdad histórica fue clave para un giro paulatino en el psicoanálisis, desde concebir el trabajo clínico basado fundamentalmente en la reconstrucción histórica hacia el énfasis en el trabajo con el análisis de los procesos de transferencia-contratransferencia. Desde la nueva perspectiva, basada en investigaciones desde la psicología cognitiva, se concibe la memoria como en continuo proceso de reconstrucción por el sujeto, reconstrucción que depende del contexto interactivo en que los recuerdos se activan y, por tanto, nada fiel a los hechos originales. La reconstrucción histórica pasa a verse como un objetivo imposible. En los relatos clínicos en que se han atribuido efectos clínicos a esta técnica, se llega a considerar que era más bien por sugestión que porque se debiera a una verdadera “reconstrucción”.
Leuzinger-Bohleber plantea aquí una nueva visión de la relación entre verdad histórica y verdad narrativa, que rompe con ésta que predomina en un amplio sector del psicoanálisis actual, representado entre otros muchos por autores como Fonagy y Target, de quienes ella cita una sentencia contundente “…si hay verdad histórica y realidad histórica no es nuestro asunto como psicoanalistas o terapeutas…” (1165). La autora considera que este viraje ha sido excesivo, especialmente en los casos de trauma severo, en los que es muy importante aproximarse a lo que ocurrió en realidad. Alude a datos de una investigación con pacientes traumatizados que recibieron psicoterapia y después fueron preguntados sobre ésta, en la cual gran parte de estos pacientes decían que conectar sus síntomas psicosomáticos con los hechos traumáticos originales fue indispensable para su recuperación y para aceptar su pasado como parte de su vida.
En su artículo, se centra en un tipo específico de trauma, el sufrido por enfermedades físicas graves en la infancia, en concreto la enfermedad de la polio. Aporta un relato pormenorizado de una paciente para mostrar su propuesta teórica y clínica. Es el caso de una mujer que acudió a ella para un tercer análisis, que habiendo obtenido buenos resultados en los dos anteriores, sin embargo no habían llegado a modificarse sus graves síntomas disociativos, que tenían que ver con el padecimiento en la niñez de esta enfermedad. La autora mostrará que fue necesario conectar estos síntomas con recuerdos concretos y detallados de las situaciones traumáticas, para conseguir integrar las vivencias en su biografía subjetiva y en su sentimiento de sí misma.
La autora aporta el concepto de “trauma encarnado”, para referirse a que el trauma se expresa en el cuerpo, resaltando que su significado no se limita al más general de memoria procedimental. El trauma encarnado se refiere a que el paciente traumatizado, en la situación analítica siente afectos, fantasías y sensaciones corporales que se ajustan a lo que sintió originalmente en la situación traumática, estados cuya intensidad no se corresponde con la situación presente de la relación con el analista. Para ella, no hay resultado terapéutico si no se identifica concretamente los estímulos presentes que tienen para el paciente una similitud o analogía con los originales del pasado, y que desencadenan así los “recuerdos encarnados” de las experiencias traumáticas.
Los argumentos de Leuzinger-Bohleber sitúan la oposición entre memoria narrativa y memoria histórica bajo una distinta perspectiva. Sostiene que se han transferido directamente resultados de la investigación de la memoria a la comprensión de la técnica del tratamiento psicoanalítico, y esto es un error. Estos estudios mostraron que la memoria declarativa, con sus áreas cerebrales responsables de su función, sólo se desarrolla plenamente a los 4 años. De ahí que autores como Fonagy y Target sostengan que sólo se pueden tener recuerdos explícitos declarativos de lo vivido a partir de esta edad y, por tanto, que las experiencias tempranas no pueden hacerse accesibles o conscientes en la psicoterapia. La alternativa de estos autores es trabajar con la memoria procedimental, observando el aquí y ahora de la transferencia, para llegar a comprender el significado de los síntomas traumáticos.
Pero para la autora, procedimental frente a declarativo son categorías descriptivas de la memoria a largo plazo, que describen funciones de la memoria observables a partir de cierta edad, pero el hecho de que sólo se observen recuerdos declarativos a partir de los 4 años no significa que un niño no pueda haber tenido anteriormente experiencias que marquen su cerebro de cierta manera, y tampoco significa que de pronto a los 4 años la memoria alcance una fase concreta de desarrollo. Sostiene que estas dos categorías claramente distinguibles de memoria -declarativa y procedimental- no implican fases de desarrollo igualmente distinguibles.
Propone, basándose en Edelman además de otros autores de la neurociencia, concebir la memoria como una función del organismo en su conjunto, un proceso dinámico, interactivo, en el que participa todo el cuerpo. Por tanto, la memoria humana es siempre encarnada. Esto significa que no es sólo -ni es siempre- verbal, sino que la memoria es un acoplamiento entre lo sensorial y lo motor.
Ella nos trae un ejemplo: cuando cogemos un vaso, hay una estimulación táctil a través del contacto con los dedos, visual si está dentro del campo visual, y propioceptivo porque sentimos su peso. Así, la interacción con el entorno nos induce patrones de estimulación que implican diferentes modalidades. Estos patrones contienen estructuras de información en las cuales se acoplan las huellas de los distintos sentidos. A nivel cerebral, se crean mapas neurales que están grabados en los sistemas sensoriomotores del organismo. En la definición de Clansey, citada por la autora, la memoria es la “capacidad de organizar procesos neurológicos de tal modo que coordinen-y por tanto categoricen-procesos sensoriales y motores en un modo análogo a las situaciones primeras” (1173)[1]. Me parece importante aclarar en este punto que, aunque en el ejemplo los mapas neurales estimulados y la grabación en el sistema sensoriomotor son emocionalmente neutros, a partir de ahora la autora utiliza el concepto de “organización sensoriomotora” para referirse a la huella mnésica de la estimulación organizada de distintos canales perceptivos unificados en un patrón, incluyendo reacciones emocionales. Esto es clave, porque el concepto de sensoriomotor tiene para nosotros connotaciones de su original significado piagetiano, en el cual lo emocional no estaba incluido. No es así en la concepción que maneja Leuzinger-Bohleber en este artículo, por lo cual lo recordaré en adelante cuando vuelva a referirse.
¿Qué aporta esta visión a la relación entre la verdad narrativa y la verdad histórica? Para ella la memoria es constructiva, pero esa construcción no es arbitraria. En el aquí y ahora de una situación, como lo es la situación interactiva paciente-analista, se producen hechos que el sujeto percibe y asocia, por analogía, con situaciones anteriores que produjeron patrones sensoriomotores (que incluyen reacciones emocionales) similares a los que estimula la situación presente. La parte objetiva, no arbitraria, es la estimulación sensorial, que produce los estados sensoriomotores que emanan de mapas neurales inscritos en el organismo; estos son procesos físicos, medibles al menos teóricamente. La parte subjetiva consiste en que la estimulación física es siempre interpretada de una determinada manera, dependiendo de la historia individual.De ahí que los recuerdos sean por un lado constructivos-se construyen por interpretación del momento interactivo presente-y por otro lado están condicionados por la verdad histórica. O sea, los procesos se constituyeron en primer lugar al enfrentar una situación traumática, y estos procesos constriñen a partir de ahí la recategorización de la situaciones análogas posteriores, al ser relacionadas con el trauma original.
“Metafóricamente podríamos por tanto postular que la memoria está siempre basada en narrativas nuevas e idiosincráticas que tienen lugar en situaciones interactivas presentes, pero al mismo tiempo contienen huellas de la `verdad histórica´.” (1173)
Esta concepción de la memoria sostiene la propuesta clínica de su artículo: para producir cambios estructurales en las reacciones corporales, las emociones, las fantasías, es esencial que el paciente entienda la forma precisa de analogía entre una situación interactiva presente y la original traumática. De ahí que
“Analizar los recuerdos encarnados significa analizar las coordinaciones sensoriomotoras específicas en una situación interactiva muy específica, incluyendo la comprensión de las analogías precisas con la situación (traumática) original”. (1174)
Por tanto, antes de los 4 años, pueden marcar el organismo experiencias traumáticas que después se recuerden en forma de reacciones corporales (patrones sensoriomotores, que incluyen reacciones emocionales). Los recuerdos biográficos son reescritos una y otra vez, pero en todas estas reescrituras se conserva el núcleo de lo que fue la reacción original, histórica. En los pacientes que han sufrido traumas tempranos, decodificar las reacciones que tienen en el contexto de la relación terapéutica es esencial para disminuir la influencia de la traumatización pasada.
Expongo ahora al caso clínico que la autora narra con…(..)